19 septiembre, 2019, Por: Gerardo Suárez
La conservación de los bosques y selvas en México y en el mundo se debe en gran medida al arduo trabajo que realizan las comunidades locales y pueblos indígenas que los habitan. En México, las comunidades de la Sierra Juárez, en el estado de Oaxaca, entre ellas la Unión de comunidades forestales zapotecas y chinantecas (UZACHI), son un referente internacional del manejo y aprovechamiento sostenible de los recursos forestales.
Habitar y vivir en las regiones forestales de México no es sencillo, hay muchas presiones en los territorios que amenazan la estabilidad de las comunidades, que en algunos casos orillan a sus pobladores a abandonar sus tierras en busca de mejores oportunidades de desarrollo e ingresos. Pero la UZACHI nos muestra que es posible permanecer el territorio, apropiarse del manejo productivo de sus recursos y generar oportunidades y buena vida para todos los habitantes.
Hasta finales de los años ochenta, los bosques y selvas del país se concesionaban a empresas privadas y paraestatales para que éstas los aprovecharan. En contraparte, las empresas pagaban un “derecho de monte”, es decir, un pago simbólico muy bajo, a las comunidades dueñas de esos recursos. En respuesta a ese proceso de despojo de sus recursos forestales, las comunidades de la Sierra Juárez se organizaron en 1982 para detener las concesiones y recuperar la soberanía sobre sus bosques.
Luego de un duro proceso de lucha tanto en los territorios como en el ámbito legal, las comunidades lograron detener las concesiones y comenzaron a manejar sus bosques. Para avanzar en este sentido, las comunidades de Capulálpam de Méndez, La Trinidad Ixtlán, Santiago Xiacuí y Santiago Comaltepec, decidieron sumar fuerzas, organizarse y formalizar una figura legal. Así nació en 1989 la Unión de Comunidades Forestales Zapotecas y Chinantecas (UZACHI), con el objetivo de proveer los servicios técnicos necesarios para garantizar la sostenibilidad de las actividades de aprovechamiento forestal con personal proveniente de las propias comunidades.
Estas cuatro comunidades de la Sierra Juárez y sus respectivas empresas forestales comunitarias se convirtieron en las primeras entidades en México en obtener la certificación de manejo forestal del Forest Stewardship Council. Esta certificación se otorga a aquellas entidades que dan evidencia de que las operaciones de aprovechamiento forestal que aplican no ponen en riesgo los valores ambientales y sociales de los bosques. Así, el FSC reconoce el cumplimiento con los estándares internacionales de buen manejo forestal y garantiza sostenibilidad y legalidad de su producción forestal.
Festejo y reflexión
Con motivo de los treinta años de trabajo de la UZACHI la organización homenajeó a los actores que liderearon la lucha por la defensa de los derechos de las comunidades y en contra del despojo que significaba el esquema impuesto de concesionesa grandes empresas papeleras y madereras.
Se reconoció el arduo trabajo y compromiso de los hombres y mujeres con sus comunidades, asimismo, se analizaron en un foro temático las amenazas, retos y oportunidades para la continuidad de este modelo comunitario de manejo de los bosques y el esquema de de servicios técnicos forestales propios.
Durante el evento de celebración del trigésimo aniversario de la UZACHI, que se llevó a cabo en Capulálpam de Méndez, el 15 de septiembre, Ricardo Ramírez, comunero activo, señaló la importancia de reconocer y visibilizar los logros obtenidos por las comunidades y organizaciones como la UZACHI en el manejo de sus bosques. Añadió que, en el marco de la cuarta transformación, se deben rescatar las lecciones aprendidas y los buenos resultados para la formulación de una nueva política que fortalezca este modelo comunitario de apropiación productiva del territorio.
En este mismo sentido, Salvador Anta, miembro del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, detalló que en estos primeros meses de la nueva administración federal “aún no se está dando el reconocimiento que merece el manejo forestal comunitario, no contamos con esa política de impulso a este esquema que es una alternativa real para la conservación y protección de los bosques, para generar empleo, para detener la migración y mejorar las condiciones de vida en las regiones forestales.”
En su oportunidad, Sergio Madrid, director del Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, comentó que para fortalecer el modelo de silvicultura comunitaria y replicarlo en las miles de comunidades que cuentan con recursos forestales en México, se requiere impulsar esquemas alternativos de acompañamiento técnico, como el de la UZACHI, que coadyuven en el fortalecimiento de la gobernanza interna de las comunidades y ejidos. “Que las comunidades puedan apropiarse de sus territorios y sus recursos, y que impidan el avance de los megaproyectos extractivos como la minería, la agroindustria, los hidrocarburos y los desarrollos inmobiliarios.”
Por su parte, Yolanda Lara, directora de Estudios Rurales y Asesoría Campesina (ERA), indicó que es necesario dar mayor visibilidad al manejo comunitario de los bosques y selvas para lograr su fortalecimiento, así como reducir la excesiva carga regulatoria. “Hoy día se requiere cumplir con una cantidad inmensa de trámites para aprovechar sus bosques, lo cual eleva los costos y tiempos de transacción y dificulta la operación de las iniciaitivas comunitarias de aprovechamiento forestal”.
Otro de los aspectos que han limitado el desarrollo de las empresas comunitarias es la competencia desleal en el mercado de la madera, producto de los grandes volúmenes de productos forestales de origen ilegal que se comercializan a precios mucho más bajos.
“Para hacer frente a este problema, es necesario poner obstáculos a las empresas que venden madera sin documentación legal , así como incrementar las sanciones, de tal manera que se desestimulen el robo de madera y los mercados de madera ilegal. Se trata de hacer el camino más difícil a los ilegales y, en contraparte, simplificar la producción legal y certificada de productos forestales,” sugirió Francisco Abardía Moros, especialista en proyectos productivos comunitarios y consultor independiente.