Despojo y privatización de la propiedad social de la tierra

México tiene una característica única en el mundo: como resultado de la lucha revolucionaria de 1910, poco más del 50% de su superficie es propiedad social; es decir, pertenece a ejidos y comunidades.

Esta propiedad colectiva de los territorios es muy importante, pues son los ejidos, las comunidades agrarias y los pueblos indígenas en colectivo quienes han protegido y conservado la diversidad biológica de los ecosistemas, sus territorios son los depositarios de importantes recursos hídricos, así como del 60% de los bosques y selvas del país.

Para que esos territorios comunitarios sean fuente de bienestar para la gente y de manejo sostenible para los bienes naturales que albergan, es fundamental fortalecer la gobernanza interna de esos ejidos y comunidades, no solo porque son los legítimos propietarios de esos territorios, sino también por los invaluables beneficios que brindan a toda la sociedad en términos ambientales, culturales y sociales.

La propiedad social se ha mantenido en México, pese a que, en 1992, durante el gobierno de Carlos Salinas, se modificó el marco legal con una intención privatizadora de las tierras. Si bien algunas porciones de territorio se privatizaron, a la fecha se conserva la mayor parte bajo propiedad social.
Hoy, esos territorios comunitarios enfrentan graves amenazas, entre ellas:

  • La parcelación de áreas comunes, que da paso a la privatización de esas parcelas. Esta parcelación se da incluso en terrenos forestales, que por ley no deben ser parcelados ni vendidos.
  • El otorgamiento de concesiones mineras. De acuerdo con investigaciones realizadas por el Consejo, en el año 2019, en el 39% de los núcleos agrarios que realizaban actividades forestales habían sido otorgadas concesiones para actividades mineras. Muchas comunidades desconocen que sus territorios están concesionados. (Datos en: https://www.ccmss.org.mx/acervo/bosques-comunitarios-y-mineria-en-mexico/).
  • Hay una fuerte presión para que las comunidades cedan sus territorios para instalar megaproyectos energéticos, turísticos, inmobiliarios, agroindustriales y de infraestructura.
  • Otro esquema de despojo de la propiedad social es la “renta” de las tierras por sumas muy bajas. Hay contratos de renta por decenas de años, a precios muy bajos y con una cláusula para prorrogar otros 20 o 30 años los contratos de convenir así a quien lo renta.
  • Hay regiones en las que los apoyos individualizados del programa Sembrando Vida también están socavando la organización comunitaria y propiciando que se desconozcan los acuerdos de las asambleas y de las instituciones comunitarias.


El despojo del territorio, la privatización de las rentas tiene consecuencias muy profundas. No se restringe a la pérdida de la tierra en sí, sino a la transformación forzada de los modos de vida ancestrales asociados a los territorios y a la alteración drástica de las relaciones sociales de las comunidades. Y este tipo de procesos se están viviendo hoy en día.


México es ejemplo en el mundo por su esquema de propiedad social de la tierra y por la forma en que las comunidades se organizan y manejan sus territorios, generando bienestar local, produciendo y conservando, distribuyendo equitativamente los ingresos y fortaleciendo el tejido social. Esta gobernanza y esta propiedad se han mantenido pese a que los pasados gobiernos trabajaron de manera sistemática por desmantelar este modelo y ceder los territorios y sus recursos a intereses privados.
Para revertir esta situación es indispensable:

  • Capacitar a todas las dependencias de gobierno para que no socaven la gobernanza y los territorios comunitarios con programas que contradicen esta realidad.
  • Fortalecer las asambleas comunitarias y sus órganos de gobierno.
  • Fortalecer las capacidades del RAN para frenar los esquemas de despojo.
  • Apoyar las iniciativas de apropiación productiva de los territorios por parte de las comunidades y ejidos, mediante esquemas de comercialización, un trato fiscal justo y el impulso a iniciativas que incluyan a todos los habitantes de los territorios: ejidatarios, avecindados, mujeres, jóvenes).

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Llaman academia y organizaciones al Senado a no aprobar la reforma del artículo 4° constitucional, pues es regresiva y diluye la responsabilidad de quienes dañan el ambiente

Pronunciamiento sobre el Dictamen de las Comisiones Unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Segunda, respecto de las Iniciativas con Proyecto de Decreto por el que se reforma el artículo 4º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en materia de Protección y Desarrollo Sostenible del Medio Ambiente


La iniciativa de reformas al artículo 4º constitucional denominada Protección y Desarrollo Sostenible del Medio Ambiente presenta serias deficiencias. La primera de ellas es que el desarrollo sostenible involucra diversas variables -social, económica y ambiental-, de tal forma que no se puede hablar de un desarrollo sostenible del medio ambiente. Dicha propuesta de reforma es regresiva en lo que se refiere a garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano para el desarrollo y bienestar de las personas, y es contraria a los compromisos del Estado mexicano en materia de progresividad, principio que se desdobla en dos obligaciones: la primera consiste en mejorar continuamente el goce de los derechos humanos y, la segunda, se refiere al deber estatal de abstenerse de tomar medidas deliberadamente regresivas que reduzcan los niveles de protección de los derechos vigentes o supriman los ya existentes, que es lo que subyace a la reforma.

La propiedad social en México enfrenta graves amenazas; urge fortalecerla: CCMSS

La propiedad social se ha mantenido en México, pese a que, en 1992, se modificó el marco legal con una intención privatizadora de las tierras


A propósito del aniversario de la promulgación de la Ley Agraria del 6 de enero de 1915, el presidente Andrés Manuel López Obrador comentó que “…más de la mitad de la propiedad agraria en México es, afortunadamente, todavía de campesinos, más de 100 millones de hectáreas son tierras comunales, son ejidos, pequeñas propiedades”.

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