El comisariado del Consejo de Bienes Comunales, Miguel Macías, comenta que también “se realiza un chequeo especial con los paisanos que vinieron de Estados Unidos de vacaciones a pasar la Semana Santa”.
Al interior de esta comunidad indígena purépecha los miembros del Comisariado dan pláticas y difunden la información sobre cómo lavarse las manos, usar gel antibacterial y tomar sana distancia para prevenir contagios. “Procuramos que estas pláticas sean en lugares abiertos y sin mucha gente; también se han suspendido las asambleas para no propiciar las aglomeraciones”.
Miguel Macías resalta que “hasta ahora no tenemos registro de ningún caso de contagio, y así queremos seguir”.
Con respecto a las actividades económicas señala que las empresas comunitarias de Cherán siguen trabajando, aunque con medidas sanitarias preventivas. “La resinera, la fábrica de block y el aserradero siguen operando. Los resineros no tienen mayor problema porque trabajan solos en el monte”.
El comisariado indica que, hasta ahora, no se ha sentido mucho un impacto económico por el coronavirus, “porque la gente sigue trabajando, aunque con más precauciones y porque muchos tenemos familiares en Estados Unidos, que al ver esta situación nos han mandado un poco más de dinero para que la gente la pueda resolver sus necesidades básicas”.
Con respecto al abasto de alimentos en la comunidad, asegura que las tiendas y abarroteras siguen bien surtidas y que los precios no se han incrementado. “El Consejo Mayor de la Comunidad vigila que no se abuse en el precio y haya disponibilidad de alimentos. Además, la gente tiene su maíz y esto les puede durar unos meses para hacer sus tortillas”, añade.
Tanto el Comisariado de Bienes Comunales como las demás autoridades del Gobierno Comunal Cherán ya están buscando alternativas para asegurar el abasto de medicamentos y alimentos en caso de que comiencen a escasear, “por lo pronto seguimos alerta e informando a la gente”, concluye Miguel Macías.
Don Miguel Macías explica que un daño para la economía de la comunidad más fuerte que el COVID-19 es la entrada al país de resina sintética importada de China, “porque es más barata y esto hizo que los precios de la resina natural que nosotros producimos se cayeran. En diciembre de 2019 todavía se vendió a 19 pesos el kilo de resina y ahora esta en 13 pesos, por la entrada de este producto sintético y eso sí afecta directamente la economía de los resineros”.
La producción de resina de pino es una actividad de gran importancia en Cherán; es la principal fuente de ingresos de cientos de familias.
En 2011, cuando el crimen organizado ya había destruido casi el 80 por ciento de los bosques de la comunidad para aprovechar la madera y luego instaurar sembradíos de aguacate, la comunidad se organizó para frenar esta devastación de su territorio y expulsar a estos grupos de sus tierras.
Posteriormente, pusieron en marcha un programa para reforestar y volver a hacer productivos sus bosques. La comunidad ya ha logrado reforestar prácticamente toda la superficie afectada y han reactivado su industria de procesamiento de resina para la producción de aguarrás y otros compuestos.
El comisariado refiere que hay señales positivas para que se recupere el precio de la resina, debido a que “muchos compradores ya están volviendo a comprar resina natural, que es de mejor calidad y se produce aquí”. Sin embargo, por las restricciones de la contingencia sanitaria, algunas industrias están parando sus operaciones y están dejando de comprar.
Adelanta que, si se endurecen las medidas de aislamiento y se tienen que parar todas las operaciones de las empresas comunitarias, “se hará lo posible por seguir pagando los salarios de los trabajadores. Pero luego de la contingencia se necesitarán recursos para reactivar estas industrias”.
Fotografías de Cherán, Michoacán, tomadas de la página de Facebook de Salud Cherán