Autores: Silvia Purata Velarde; Patricia Gerez Fernández y Charles Peters
Año de publicación: 2016
País:
Idiomas: Español
Editorial: People and forests
Autores: Silvia Purata Velarde; Patricia Gerez Fernández y Charles Peters
Para asegurar el éxito de un estudio de crecimiento se requiere el compromiso e interés de parte de la comunidad para involucrarse y desarrollar las capacidades técnicas locales durante su realización, así como para darle continuidad. Dado que este tipo de mediciones se extiende por periodos de varios años, es de gran importancia que las personas que participan sean las mismas hasta el final, pues son los que comprenden el proceso completo y conocen los detalles de ubicación de los árboles. De acuerdo a nuestra experiencia, el monitoreo comunitario del crecimiento de árboles puede generar mediciones muy precisas, en especies tropicales y templadas, siempre que se cumplan una serie de condiciones esenciales:
1. Interés de los miembros de la comunidad por conocer las tasas de crecimiento de sus especies y que tengan conocimiento previo sobre los árboles y paraje en el bosque.
2. Cierta experiencia en la actividad forestal que les permita organizarse en brigadas y tomar con precisión datos básicos en el bosque.
3. Supervisión cercana y continua por parte de un equipo técnico de su confianza y con conocimiento de su bosque.
4. Contar con un responsable local de brigada y con un coordinador regional que apoyen en la solución de problemas y que realicen la supervisión en campo durante la toma de datos de los árboles, colocación de las bandas, medición del crecimiento, y la extracción de las virutas.
5. Continuidad en los miembros del equipo o brigada de campo capacitados en la instalación y medición de las bandas.
6. Establecer compromisos para el cumplimiento puntual en las fechas de medición de las bandas.
Los datos de crecimiento sirven para estimar la cantidad o volumen de madera que producen los árboles en un bosque. Esta información es necesaria para evaluar si se está manejando bien el bosque o selva, para monitorear su respuesta a las intervenciones y tratamientos silvícolas, y para asegurar que se hace una cosecha sostenible; es decir, nos ayuda a calcular cuánta madera se puede obtener sin reducir la capacidad del bosque para mantenerse y crecer en el futuro. Estos datos también se utilizan para conocer el potencial de captura de carbono de una especie particular o de un rodal. Este tipo de medición puede indicarnos si los árboles están creciendo más o menos de lo que se estimaba en décadas pasadas, sobre todo porque los cambios actuales en el clima afectan al crecimiento y, por tanto, a la producción de madera o carbono capturado.
Cuando medimos el crecimiento tenemos que referirnos al incremento en altura o en diámetro durante un periodo de tiempo definido. A este tipo de medida se le llama tasa y generalmente se usa el periodo de un año como referencia. Esta tasa o incremento se obtiene al medir varios individuos de la misma especie durante un número de años definido, para obtener el promedio anual. La medida de crecimiento que usamos es la tasa promedio de crecimiento anual o incremento medio anual (IMA). Para medir el crecimiento en los árboles pequeños se mide el incremento en altura, hasta el punto en que no podemos medirlo directamente; esto es cuando mide aproximadamente dos metros de altura. En alturas mayores a dos metros la medición puede ser estimada “a ojo” por una persona con mucha experiencia, pero siempre habrá riesgo de errores; otra forma de medir la altura es utilizando instrumentos especializados como el clinómetro.