Ejidos de Amanalco se unen para frenar el daño que el turismo motorizado causa en sus territorios


11 mayo, 2022, Por:

Ejidos de Amanalco se unen para frenar el daño que el turismo motorizado causa en sus territorios

Agencias turísticas asentadas en Valle de Bravo, Estado de México, ofrecen excursiones en vehículos motorizados por los ejidos de Amanalco de Becerra, actividad que está generando daños ambientales en la Laguna del Sumidero – hogar de especies endémicas como el ajolote- y sus alrededores, sin dejar ningún tipo de beneficio para los ejidos y sus habitantes, quienes trabajan arduamente para conservar sus bosques y la biodiversidad que albergan. Para frenar esta degradación, los habitantes de la región han decidido prohibir el paso de vehículos motorizados, la pesca y la cacería en sus bosques.

La cercanía que los ejidos forestales de Amanalco de Becerra tienen con el municipio turístico de Valle de Bravo está generando una inmensa presión sobre ellos, por parte de empresas e inversionistas inmobiliarios y también de agencias turísticas que ven en los bosques de los ejidos la oportunidad de generar negocios prósperos a través del despojo de tierras y de la turistificación de estos territorios, caracterizados por su belleza escénica y su riqueza natural, mantenidas ambas gracias al arduo trabajo que realizan las mujeres y hombres que habitan estos ejidos y comunidades.

“En años recientes hemos vivido una creciente afluencia de grupos de turistas que llegan a Valle de bravo y son traídos a nuestros ejidos por guías de empresas turísticas que les rentan vehículos motorizados para dar paseos por nuestros bosques y no nos generan ningún tipo de beneficio, al contrario, causan muchas afectaciones a nuestros caminos y a la Laguna del Sumidero,” resalta Beatriz Pedraza, presidenta del comisariado ejidal de San Jerónimo.

Los ejidos y comunidades indígenas que habitan en la Cuenca de Amanalco, Estado de México, realizan un arduo trabajo de manejo y conservación de sus territorios; muchos de ellos tienen planes de manejo forestal y están certificados por el buen manejo de sus bosques. El buen mantenimiento de sus bosques, valles y lagunas está en riesgo por el tipo de turismo que se está promoviendo por parte de las agencias que organizan recorridos motorizados en los territorios comunitarios.

La Laguna del Sumidero en riesgo

Marcas de vehículos motorizados en la zona seca de la Laguna del Sumidero, Amanalco, Estado de México.

La Laguna del Sumidero tiene una extensión de cerca de 50 kilómetros cuadrados; su caudal se recarga en temporada de lluvias y esto permite la reproducción de los ajolotes, acociles, ranas, peces y otras especies. Este importante cuerpo de agua forma parte del Área de Protección de Recursos Naturales Valle de Bravo, Malacatepec, Tilostoc y Temascaltepec; y se encuentra al interior de los predios de los Ejidos San Jerónimo, San Miguel y Capilla Vieja.

En los meses de septiembre a abril, cuando no llueve, la laguna comienza a secarse y muchos de los animales que viven ahí se entierran en búsqueda de humedad, para sobrevivir hasta que vuelva a llover; pero eso no significa que las zonas secas no tengan vida. Cuando los turistas pasan en las motos y las ‘racers’ a toda velocidad por estas áreas, arrasan el frágil suelo húmedo y a las especies “guardadas”, detalla Luciano Hernández.

Los fines de semana y las temporadas vacacionales hay una importante presencia de turistas que ingresan a los predios de los ejidos en motos, cuatrimotos y ‘racers’ que buscan terrenos planos para derrapar y acelerar al máximo sus vehículos.

Estas prácticas provocan un severo daño a la laguna por el derrame de combustible, aceite, anticongelante y otros fluidos. Además, el ruido y las vibraciones que generan afectan a la fauna y a los pobladores.

Ninguna de las empresas turísticas que conducen a sus clientes en vehículos motorizados por los terrenos ejidales han tenido algún acercamiento con las autoridades ejidales para solicitar autorización de paso y uso de este tipo de vehículos. Tampoco realizan ningún tipo de pago compensatorio por transitar por estos tres ejidos.

El comisariado ejidal de Capilla Vieja, señala los impactos de los turistas que llevan a sus predios sin permiso en vehículos motorizados.

Beatriz Pedraza reitera que este tipo de turismo “no nos genera ningún beneficio, por el contrario, hemos detectado afectaciones en la laguna y en los caminos. Todo el año estamos trabajando para dar mantenimiento al bosque y a los caminos. Tenemos que invertir mucho tiempo, trabajo y recursos para que sean funcionales y vienen estas personas a disfrutar de nuestro trabajo de conservación sin pagar nada y a generar daños a la naturaleza.”

En internet se pueden encontrar fácilmente los servicios de renta de vehículos ‘racer’ y cuatrimotos en la zona de Valle de Bravo para hacer recorridos por la región y por los municipios vecinos, como Amanalco. El precio de la renta de estos vehículos va desde los 700 hasta los 3 mil 500 pesos por hora, dependiendo del tipo de vehículo.

Un recorrido de entre 3 a 5 horas puede costar alrededor de 8 mil pesos, de los cuales los ejidos y comunidades no reciben nada. Ante esta situación, las autoridades de los ejidos de San Jerónimo, San Miguel y Capilla Vieja, se han coordinado para tomar acciones para frenar las afectaciones al ambiente y sus territorios.

Ejidos unidos para defender el territorio

Autoridades ejidales de Capilla Vieja y San Jerónimo en Amanalco, Estado de México.

Como acuerdo, los ejidos han establecido la prohibición de la entrada todo tipo de vehículo motorizado, así como el tránsito por la zona de la laguna. “También decidimos prohibir todo tipo de pesca en la laguna y las actividades de caza en los bosques de los tres ejidos”, puntualiza la presenta del comisariado de San Jerónimo.

En un pronunciamiento público las autoridades de los tres ejidos hicieron “un atento llamado a estas empresas turísticas, a los visitantes y a las autoridades municipales y estatales para detener de inmediato la degradación al ambiente, y en particular a la laguna que generan estas excursiones en vehículos motorizados.”

Los ejidos de San Jerónimo, San Miguel y Capilla Vieja forman parte de la junta de Pueblos Originarios Coordinados por los Bosques y el Turismo (Pocbotu), agrupación que integra a 10 ejidos y una comunidad indígena del municipio de Amanalco de Becerra y que tiene como misión promover “los valores de cooperación y colaboración de los ejidos y comunidades de la cuenca Amanalco–Valle de Bravo, mediante acuerdos en común, convencimiento comunitario, participación con el fin de lograr una realidad y unión de fuerzas en nuestro territorio”.

En la junta del Pocbotu, resalta Beatriz Pedraza que “estamos convencidos de que el turismo debe ser una herramienta de desarrollo local que promueva la educación, conservación y resistencia en el territorio”.

A través de esta iniciativa, ejidos y comunidades “podemos desarrollar proyectos propios de turismo que sean sustentables, que contribuyan a la conservación de nuestros bosques y que generen ingresos para nuestras comunidades,” concluye.

Bosques manejados y certificados

Trabajos de chaponeo y apertura de brechas cortafuego en el Ejido Capilla Vieja, Amanalco, Estado de México.

Los ejidos y comunidades indígenas de Amanalco llevan a cabo un intensivo trabajo de buen manejo de sus bosques; muchos de ellos tienen planes de manejo forestal y han sido certificados por instancias que vigilan el aprovechamiento forestal.

La certificación acredita que emplean prácticas sostenibles de aprovechamiento forestal, conservan la biodiversidad y sus bosques proveen beneficios ambientales de calidad, como la captura de carbono, la conservación de los suelos y el escurrimiento de agua limpia.

El agua que capturan los bosques de las zonas altas de la cuenca abastece a la presa de Valle de Bravo y al Sistema Cutzamala, este último dota del líquido a la Ciudad de México.

Contar con un plan de manejo forestal autorizado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y en el caso del Estado de México por la Promotora de Bosques (Probosque), implica una fuerte organización interna para la planeación y la toma de decisiones en asamblea, así como para la gestión documental, administrativa y operativa en campo.

Para que un emprendimiento ejidal o comunitario de aprovechamiento forestal se consolide es indispensable la participación de todos, la organización del trabajo y la transparencia en el manejo de los recursos. “Cada año debemos realizar trabajos de aclareo, chaponeo, apertura y mantenimiento de brechas cortafuego, prevención y combate de plagas e incendios, reforestaciones y todas las actividades relacionadas con el aprovechamiento de la madera,” explica Luciano Hernández Sánchez, presidente del comisariado ejidal del Ejido Capilla Vieja, Amanalco.

Añade que “es un trabajo muy duro que no es remunerado de la forma adecuada, pero en la comunidad tenemos un compromiso con el bosque, porque es nuestro hogar, porque queremos heredarlo a las futuras generaciones y porque nos da alimentos, agua, aire limpio, leña e ingresos.”

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