3 noviembre, 2015, Por: Sergio Madrid Zubirán
La organización de certificación forestal más importante del mundo, el FSC (Forest Stewardship Council, Consejo de Manejo Forestal) ha entrado en una nueva etapa, tanto a nivel mundial como en México, y con ella busca acercarse más a los productores comunitarios, sobre todo en el sur global. Esta nueva etapa comenzó el año pasado, cuando el FSC presentó, tras su Asamblea General, una nueva versión de los principios y criterios que componen su estándar para calificar el manejo de bosques de todo el mundo. Hace unos días, además, dio a conocer su nuevo Plan Estratégico Global 2015-2020. En él marca las nuevas metas y estrategias que abonarán a su objetivo de que el mundo tenga “bosques para todos para siempre”.
A octubre de 2015, en todo el mundo hay cerca de 185 millones de hectáreas de bosques que tienen certificados de Manejo Forestal, operadas por mil 357 entidades en 80 países. Los productos que salieron de esas tierras son además procesados por las casi treinta mil empresas con certificados de Cadena de Custodia que hay en el planeta. Hasta ahora, el grueso de esos certificados están ubicados en el norte global, y más de la mitad de las cadenas de custodia, sin ir más lejos, están en Europa, mientras que África y América Latina sumadas no alcanzan ni el 6 por ciento de las mismas. En lo que toca al manejo forestal, África, Asia y América Latina aportan solamente el 15 por ciento de la superficie certificada, y los bosques comunitarios son apenas el 2.15 por ciento del total global.
El FSC se ha planteado en esta nueva etapa avanzar hacia el sur y consolidar el papel de la certificación de buen manejo forestal como herramienta para fortalecer la producción comunitaria y mejorar el bienestar de quienes viven en y de los bosques. “La certificación, en su aplicación tradicional, a menudo no coincide plenamente con las capacidades o las perspectivas culturales”, advirtió el director general del FSC, Kim Carstensen en el nuevo Plan Estratégico Global 2015-2020. Por ello, esta organización se marcó los objetivos de sortear los obstáculos a la certificación que no emanan de cuestiones técnicas, sino de trámite o transacción, y de desarrollar nuevas herramientas que las empoderen y proporcionen mayores beneficios económicos.
En este camino, la experiencia mexicana puede resultar especialmente útil, pues los predios comunitarios componen la práctica totalidad de la superficie certificada en el país. México, además, fue uno de los pioneros en la certificación, con algunos de los primeros certificados a nivel mundial. Por ello, presentamos un breve análisis de la historia del FSC en México y de los obstáculos y motores que ha encontrado en estos ya tres lustros en el país. El análisis completo puede leerse aquí.