2 septiembre, 2020, Por: Gerardo Suárez
Cuando un pequeño productor vende su producción de forma individual se lo pagan a un precio muy bajo y le es más costoso producir, por ello en muchas regiones cafetaleras de nuestro país los pequeños productores han optado por integrarse en organizaciones que les permitan acceder a mejores precios de venta de su cosecha y adquirir insumos más económicos para la producción.
La Unión de Ejidos y Comunidades San Fernando, en Chiapas, agremia a más de mil 300 familias de pequeños productores de café de 10 municipios del estado, como Ocozocoautla, Villa Corzo, La Concordia, Siltepec, Ángel Albino Corzo, Bella Vista, Chicomuselo, Montecristo, Amatenango y Tuxtla Gutiérrez.
Desde hace más de 30 años ha trabajado de forma organizada para mejorar los ingresos de los pequeños productores evitando el intermediarismo y, conforme se ha consolidado la Unión, ha avanzado en la conversión de su producción de convencional a orgánica, lo que le ha significado encontrar mercados de especialidad que pagan mejor el café.
Silvia Carolina Herrera, gerente comercial de la Unión de Ejidos y Comunidades San Fernando, explica que desde 1990 la organización comenzó con el proceso de certificación de su café y desde entonces han mantenido esta distinción vigente.
Resalta que “producir de manera orgánica no solo significa no emplear químicos en las parcelas, sino que se llevan a cabo prácticas de conservación de medio ambiente. Los productores saben que para poder producir un café de calidad es necesario que el ecosistema esté sano y que si no cuidamos el medio ambiente nuestras tierras se van a degradar y en algún momento lo vamos a pagar.”
En esta Unión de Ejidos y Comunidades hay productores muy diversos, pertenecientes a 53 comunidades distintas, muchos de ellos indígenas, que gracias al acompañamiento técnico han podido mejorar su productividad y la calidad de su café.
Silvia Herrera comparte que “la organización de productores cosecha alrededor de 2.7 millones de kilos de café al año y el 80 por ciento se exporta a Suiza, Alemania, Bélgica, Dinamarca, Japón, Finlandia y otros países. El resto se destina al mercado interno.”
Lamenta que en el país no se haya desarrollado aun más el mercado de consumo de café de especialidad. Aunque México es referente para otros países en consumo de café, una gran proporción del café que se consume es soluble e importado. La gente no sabe ni de dónde viene.
Pero también ya está creciendo el número de personas que busca café de calidad y de especialidad, aún hay un potencial de crecimiento muy grande.
Hay café mexicano de muy buena calidad que se vende al mismo precio que un importado y una política de promoción del consumo de la producción nacional ayudaría mucho a los productores mexicanos.
Una iniciativa que busca contribuir a acercar el café de alta calidad producido por pequeños productores comunitarios mexicanos a los consumidores finales es O-bio “Comunidades Sostenibles”, impulsada por el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, Tienda UNAM y Fomento Social Banamex.
Gracias a un convenio con Tienda UNAM, diversos productos comunitarios como miel, chocolate, artesanías y café de alta calidad, como los de la Unión de Ejidos San Fernando, se podrán adquirir en esta tienda y otros puntos de venta de la UNAM.
La gerente comercial de la Unión de Ejidos y Comunidades explica que “nuestro café se vende bajo la marca Biocafé (tostado y molido) y Biocafé Gourmet, variedad de alta especialidad para paladares más exigentes. Además, tenemos una presentación de café soluble.”
Plantea que tendrían que abrirse más espacios como O-bio para que las comunidades puedan hacer llegar sus productos al consumidor final. Hay mucha calidad en las organizaciones campesinas, pero hace falta apoyo paras desarrollar nuevos mercados.
Otra medida necesaria para mejorar la producción del café mexicano, indica Silvia, “es generar políticas de apoyo para incrementar la productividad, porque hace un par de décadas teníamos un rendimiento por encima de muchos países latinoamericanos y ahora estamos muy abajo. En Honduras, Guatemala o Brasil sus rendimientos son del doble o triple que el nuestro.”
Actualmente el café no es un cultivo redituable para los pequeños productores, sobre todo para los más pequeños, Silvia Carolina resalta que “para que les favorezca deben tener, al menos, 3 o 4 hectáreas y el promedio en nuestra organización es de dos hectáreas por productor.”
Añade que “debemos avanzar en incentivar el consumo nacional del café mexicano orgánico, evitar el intermediarismo y lograr que el productor obtenga mejores precios y se valore su trabajo.