12 febrero, 2020, Por: Gerardo Suárez
Es viable tener un campo productivo en México, que genere lo suficiente para que la gente que habita los territorios rurales pueda satisfacer sus necesidades y mejorar sus medios de vida, pero hay que apostar por una reactivación a partir de la valoración de las técnicas tradicionales de producción, el control comuntario de los procesos productivos y comerciales, la agricultura sin agroquímicos, el manejo sostenible de los ecosistemas y el fortalecimiento de la organización comunitaria.
Tajín Fuentes, director de SENDAS A.C., organización asociada al Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible, plantea que “se debe seguir innovando con proyectos productivos y productos sanos y de calidad, buscando vínculos sólidos entre los campesinos y los mercados, con énfasis en los mercados locales, en los que los consumidores reconozcan el trabajo que hacen las familias de producir de forma sustentable y valoren los productos que les ofrecen.”
Añade que es necesario fortalecer el vínculo entre el campo y la gente de la ciudad a través del consumo de los productos que ahí se generan. “Tenemos que lograr que en la ciudad la gente no prefiera productos venidos de Nueva Zelanda, Estados Unidos u otros países y que consuma los productos locales cultivados por familias campesinas con prácticas sostenibles y que hacen un esfuerzo por conservar los territorios”, afirma Tajín.
Un elemento muy importante en la reactivación del campo son los jóvenes, que actualmente tienen pocas oportunidades de desarrollo, escaso acceso a la tierra y esto hace poco atractivo para ellos el trabajo en los territorios. “Pero se trata de abrir los espacios y generar las oportunidades”.
Tajín indica que SENDAS A.C., organización que encabeza, trabaja en esa reactivación productiva que incorpore a los jóvenes y les dote de herramientas para que emprendan sus proyectos productivos sostenibles y puedan desarrollar sus vidas en el campo.
SENDAS trabaja en la región de la Cuenca del Río Pixquiac, en la zona conurbada de Xalapa, Veracruz, que tiene una gran relevancia por los servicios ambientales que provee a la capital del estado, ya que, entre otras cosas, aporta el 40 por ciento del agua que esta ciudad consume diariamente.
En esta región de Cofre de Perote y las ciudades de Xalapa y Coatepec, el manejo integrado y sostenible de las cuncas es fundamental para que la vida urbana sea viable, porque si no se atiende el deterioro ambiental se perderá el abasto de agua. Para ello, comenta que “SENDAS trabaja, desde hace más de 15 años, en proyectos de reconversión productiva que les permita a las familias que habitan en la parte alta de la cuenca generar ingresos económicos y, al mismo tiempo, procuren la conservación y manejo sostenible del bosque y el suelo.”
Desde el punto de vista ambiental, esta región es muy particular, “porque tenemos zonas de degradación forestal, pero en cuencas como la del Pixquiac, el problema no es la deforestación, porque hoy hay más superficie de bosque que hace 10 años y mucho más que hace 40 años.”
“Es un área con bosques muy jóvenes que se han recuperado de forma natural, pero esto nos habla de una problemática social, porque estos bosques jóvenes eran áreas agropecuarias que se abandonaron y las personas migraron a la ciudad. Es una situación socioambiental en donde al bosque le va bien porque a la gente le está yendo mal”, lamenta Tajín Fuentes.
Además, en la región se nota ya el impacto del cambio climático, porque “esta zona era muy conocida por su lluvia permanente, y ya no es así. Estudios científicos como los del INECOL, indican que sigue lloviendo el mismo volumen de agua, pero en distribuciones muy distintas.”
Estas problemáticas, sumadas a la expansión urbana y el cambio de uso de suelo para el desarrollo de megaproyectos, actividades extractivas como la minería, el fracking y los hidrocarburos, generan una enorme presión sobre los bosques y los territorios rurales, no solo en la Cuenca del Pixquiac, sino en todo el país.
En Cofre de perote, detalla Tajín, “tenemos un problema de la expansión del cultivo de papa con altas cantidades de agroquímicos, es una actividad muy rentable, porque en algunos años el agricultor puede ganar hasta 50 mil pesos por hectárea, esto atrae mucho a la gente para cultivar o rentar sus tierras, y esto incentiva el uso de agroquímicos muy tóxicos prohibidos en otros países y al interior del país pero que se siguen usando”.
Además, “hay un debilitamiento de la organización ejidal, aunada a que en el campo solo se están quedando los adultos mayores, los jóvenes se están yendo a la ciudad, un fraccionamiento de las tierras ejidales que debilitan las asambleas ejidales, así como la descomposición social propiciada por la penetración del crimen organizado.”
SENDAS ha logrado avanzar en un modelo de gestión integral de toda la cuenca que le está generando ingresos a los campesinos a través de la reconversión productiva de sus parcelas a sistemas productivos agroecológicos que favorecen la conservación de los suelos, la recuperación de los bosques y la mejora en la calidad de los servicios ambientales.
Actualmente la organización trabaja con más de 300 campesinos de la cuenca que realizan actividades productivas y de conservación en la parte alta de la cuenca, muchos de ellos son mujeres y jóvenes, que reciben capacitaciones y acompañamiento para que sus proyectos se consoliden.
“Nuestro foco son los jóvenes y mujeres jóvenes, y estamos viendo mucho potencial y buena respuesta, porque se acercan a los proyectos, necesitan espacios donde expresarse, donde hacer y donde poder crecer.”
Precisa que a los jóvenes “les cuesta trabajo pensar en espacios donde las cosas son honestas, porque venimos de una tradición permeada por la corrupción, pero cuando se dan cuenta de que otro tipo de asociación y convivencia es posible se apropian de estos espacios e iniciativas”.
Tajín Fuentes refiere que “es muy importante que el nuevo gobierno retome la experiencia que se ha generado durante más de 30 años de trabajo en campo que han desarrollado las organizaciones de la sociedad civil. Se me hace un error hacer tabla rasa de todas las organizaciones y decir que todas han sido oportunistas y que se han aprovechado de los recursos.” Resalta que muchas organizaciones, como SENDAS, “cubrimos el hueco del extensionismo y acompañamiento que dejó el estado cuando decidió abandonar al campo mexicano.”
Sobre los programas y políticas del gobierno federal de la 4T, comenta que apuestan por transferencias directas que rompen con la colectividad y agrega que “se entiende por qué lo quieren hacer de esa manera, pero eso echa por tierra décadas de trabajo organizativo, y no iremos muy lejos de esa forma, porque estaremos reproduciendo esquemas de trabajo individual.”
Concluye que “la política pública debe retomar y mejorar la experiencia de trabajo colectivo acompañado por organizaciones de sociedad civil que tienen mucha experiencia y conocimiento recabado a lo largo de décadas en los territorios.”