19 noviembre, 2015, Por: Sergio Madrid Zubirán
El pasado lunes 5 de octubre Japón y Estados Unidos, junto a México y otros diez países, firmaron el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (también conocido por sus siglas en inglés como TPP o en español como ATP) del cual se sabe aún poco pero ha despertado protestas en distintos países por los importantes cambios que se espera traiga a sus economías. La firma del ATP podría impactar negativamente a las empresas forestales comunitarias si el gobierno federal no establece una estrategia clara que contribuya a fortalecerlas y favorecer su competitividad frente al nuevo contexto económico. El gobierno debe tomar medidas para que el nuevo acuerdo comercial no favorezca la deforestación, el cambio de uso de suelo y el despojo de tierras por expansión de proyectos agroindustriales. Sin una estrategia gubernamental que fortalezca la propiedad colectiva de los bosques y la producción agrícola campesina, el ATP podría profundizar la pérdida de control comunitario de los territorios y la pobreza en las comunidades y ejidos. Además, el incremento en el intercambio de productos forestales puede traer nuevos riesgos a la biodiversidad y la reducción de incentivos para la restauración de los ecosistemas forestales.
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