9 abril, 2020, Por: Gerardo Suárez
Las comunidades de la Sierra Juárez, en el estado de Oaxaca, mayoritariamente habitadas por población indígena y cuya principal fuente de ingresos es el manejo y aprovechamiento de sus recursos naturales, ya interrumpieron algunas de sus actividades productivas y económicas.
Entre esas comunidades están: Santa Catarina Ixtepeji, San Juan Chicomezúchil, Capulalpam, Ixtlán de Juárez, Laxopa, San Miguel del Río, La Trinidad, Tanetze de Zaragoza, San Francisco la Reforma, San Miguel del Valle, Yahuiche, San Juan Luvina, Cuasimulco, Pueblos Mancomunados y Macuiltianguis, entre otros.
Las autoridades municipales y comunales que conforman la Unión de Comunidades Silvícolas de la Sierra Juárez (Ucosij) tomaron la decisión de restringir las actividades de los comercios que no son de primera necesidad, acatando las recomendaciones de los gobiernos federal y estatal. Por ello, todos sus centros de ecoturismo y restaurantes están cerrados.
Es importante subrayar que los integrantes de la UCOSIJ no se quedarán en el desamparo: en lo que se refiere a salud, están afiliados al IMSS, y en lo que se refiere a lo laboral y al ingreso familiar, aunque se detengan las actividades debido a la contingencia, los recursos disponibles en las empresas comunitarias se utilizarán para apoyar a las familias.
Luis Pacheco Rodríguez, presidente municipal de Ixtlán de Juárez, lo explica así: “el respaldo que da el comisariado de bienes comunales, a través de sus empresas comunitarias, es muy importante, porque, aunque frenan sus actividades, se les procura apoyar a los trabajadores con los recursos con los que se cuentan. Tienen una visión mucho más social que una empresa privada”.
En lo que se refiere al manejo forestal, Artemio Aquino, asesor técnico de la UCOSIJ, que agrupa a 46 comisariados comunales de la Sierra Juárez, detalla que “la mayoría de las empresas comunitarias, en un 70 por ciento, siguen trabajando, particularmente las de aprovechamiento forestal, pero si avanzamos a una etapa 3 de contingencia, todas tendrán que parar sus operaciones”.
Artemio comenta que las actividades de aprovechamiento forestal se siguen haciendo, pero con medidas preventivas, como el monitoreo de la temperatura de los trabajadores y grupos reducidos para evitar contactos.
“Lo que no queremos es pegarle a la economía de las familias que dependen de estas empresas comunitarias para sobrevivir. Estamos buscando el justo equilibrio entre seguir las recomendaciones de la Secretaría de Salud y no golpear la economía familiar”, subraya el presidente de la UCOSIJ.
Las empresas y cooperativas que ya cerraron son las que se dedican al ecoturismo: “como no hay turismo y para no exponer a la gente, y también para hacer caso a las indicaciones de las autoridades, estos centros ecoturísticos ya cerraron”.
También señala que, “aunque aún hay trabajo, el flujo de capital sí se ha reducido en las economías locales. No obstante, los apoyos del gobierno federal a través de los programas sociales, como el de adultos mayores y de becas para estudiantes y jóvenes sí han ayudado a la economía de algunas familias, pero es importante decir que, para muchos, las empresas comunitarias de aprovechamiento forestal son su principal fuente de ingresos y claro que hay afectaciones”.
Indica que si bien la Semarnat y la Conafor cerraron sus operaciones por la contingencia sanitaria, aún mantienen algunas personas elaborando la emisión de remisiones y reembarques; sin embargo, la reducción de personal en las dependencias ha retrasado algunos trámites, lo que también contribuye a la falta de flujo de capital de las operaciones comerciales de madera en las comunidades.
Artemio Aquino plantea que la UCOSIJ está trabajando en delinear una estrategia para enfrentar esta contingencia en los próximos meses, “porque será necesario reactivar las economías locales y será indispensable sentarnos con diversas dependencias federales y estatales para ver los estímulos necesarios para lograrlo”.
Enfatiza que “será fundamental que las secretarías de Economía y Hacienda sean muy sensibles y podamos contar con un plan de reactivación de las economías locales luego de esta contingencia”.
Con respecto a los ingresos de las familias que participan en las cooperativas y empresas comunitarias, apunta que “las ganancias que van generando las empresas comunitarias no son demasiadas como para decir que se cuenta con una bolsa de dinero muy grande para sostener toda la operación y nómina de sus trabajadores en caso de parar por completo. Sin embargo, sí se verá la posibilidad de apoyar hasta donde se pueda a los comuneros y sus familias”.
Una gran ventaja que tienen las personas que forman parte de las empresas y cooperativas comunitarias es que cuentan con servicios de salud a través del seguro social, “esto los blinda en caso de que se presentara una contingencia por contagio y que puedan recibir la atención médica por los canales adecuados”.
Además, se busca que las familias tengan apoyos para sostenerse en estos periodos de crisis. “A diferencia de un privado en el que están mandando a la gente a descansar a su casa sin sueldo y muchas veces sin prestaciones,” asevera.
El asesor técnico de la UCOSIJ subraya que es fundamental que las actividades productivas en las comunidades se mantengan, que no paren del todo, porque “la gente depende en su gran mayoría de las empresas comunitarias, tanto los que trabajan en ellas, como los comercios locales. Esperamos que las medidas para prevenir contagios sean eficientes y que en las comunidades rurales se pueda seguir trabajando, para que fluyan los ingresos”.
Como medidas preventivas para evitar contagios de coronavirus, lo que se está haciendo en las comunidades de la Sierra Juárez, entre ellas Ixtlán de Juárez, es colocar retenes para medir la temperatura de las personas que ingresan a los pueblos, restringir la entrada de personas que no tengan que realizar actividades indispensables; también se pidió a los vendedores ambulantes que andan en las comunidades suspender sus actividades porque se exponen mucho y podrían ser una fuente de contagios; se restringieron las aglomeraciones en el transporte y se redujeron los viajes de la Sierra a la ciudad de Oaxaca.
Luis Pacheco Rodríguez, refiere que “desde el principio de esta contingencia hemos estado dando seguimiento al cumplimiento de las disposiciones del gobierno estatal y federal con respecto al COIV-19, ahora en esta segunda fase, hemos activado las medidas un poco más restrictivas”.
Entre las medidas de prevención se estableció que negocios que no son de primera necesidad deben cerrar antes de las 9 de la noche, en tanto que las tiendas de primera necesidad, como comedores, farmacias y consultorios, siguen activos.
Explica que en la comunidad ya solo se trabaja con una sola entrada, las demás ya se cerraron, “ahí tenemos un filtro donde se mide la temperatura y solo se deja pasar a la ciudadanía y visitantes que tengan que realizar un trámite indispensable. Estamos trabajando con los comerciantes para cerrar los establecimientos que no son esenciales. Lo mismo con los taxis que hacen los recorridos de Ixtlán a la ciudad de Oaxaca, para que no hagan viajes con demasiados pasajeros”.
En estos filtros de inspección hacen falta materiales para llevar a cabo estas actividades de prevención, como termómetros eléctricos, cubrebocas, medicamentos, las clínicas no cuentan con los medicamentos indispensables y aunque se han hecho gestiones con el gobierno del estado no se han podido conseguir.
Ixtlán de Juárez es cabecera de Distrito, y cuenta con un hospital al que toda la población acude, pero carece de infraestructura suficiente y medicamentos esenciales. “Hemos acudido al sector salud del Gobierno de Oaxaca para solicitar los medicamentos, la infraestructura es muy pobre; en cuestión de aislamiento se ha habilitado un lugar en el hospital, pero es muy complicado”.
Detalla que “las personas que padecen enfermedades crónicas y adultos mayores, que son más vulnerables ante este virus, así como los niños tienen restringido salir de su casas. A ellos los estamos cuidando mucho”.
Se requieren de apoyos de los distintos órdenes de gobierno para apoyar a las comunidades luego de que todas sus actividades tengan que parar por la contingencia, y se requiere de mecanismos para reactivar las economías locales.
La Sierra Norte de Oaxaca se caracteriza por sus enormes macizos forestales bien conservados por la comunidades que los habitan y los incendios forestales en esta época de estiaje suelen ser recurrentes, así que las comunidades tienen que estar muy alertas para prevenirlos y combatirlos a pesar de la contingencia sanitaria.
Luis Pacheco indica que “es muy importante dar el seguimiento del tema de los incendios, las comunidades tienen una doble presión: la contingencia de salud y la de los incendios, tienen que apostarlo todo para mitigar los incendios, porque los bosques son su principal fuente de empleo e ingresos”.
Añade que las brigadas de combate de incendios “también están tomando medidas de prevención de contagios y los comisariados comunales deben apostarle todo para que no se quemen sus predios. Ahí también se requiere el apoyo decidido del gobierno federal y estatal”.
Si bien las comunidades organizadas tienen mejores condiciones para enfrentar esta emergencia, es importante destacar que en las regiones rurales la prestación de servicios de salud, educación y comunicación son más precarios que en las zonas urbanas.
En estos momentos de emergencia sanitaria, es fundamental asegurar la salud y bienestar de las comunidades rurales, puesto que son los principales productores de alimentos y materias primas que abastecen a las ciudades.
En este periodo de emergencia sanitaria el papel de las comunidades forestales y de los pequeños productores campesinos es fundamental para asegurar el abasto de alimentos, la provisión de agua, la puesta en marcha de medidas sanitarias, el control de los incendios y la atención de los enfermos.
Es importante subrayar que en México, los apoyos para que las comunidades puedan proveer a toda la sociedad estos beneficios a través del manejo de sus territorios no viene de fuera, no los provee el Estado, son las propias instituciones comunitarias las que generan la infraestructura y las condiciones necesarias para que así sea.