3 noviembre, 2014, Por: Sergio Madrid Zubirán
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) acaba de publicar su nuevo reporte comprehensivo sobre la situación de las emisiones de gases de efecto invernadero y sus efectos sobre el planeta. Es el primer documento de este tipo desde 2007 y su contenido, aunque podría ser más oscuro, no se presta para celebraciones. Según todos los indicadores, los últimos años del siglo XXI han sido los peores de la historia en este aspecto, y las emisiones, en lugar de reducirse año con año, aumentan.
Una de las pocas buenas noticias que presenta el informe es que las emisiones provenientes del campo se redujeron entre 2000 y 2010. Las mejorías fueron tan significativas que el total de gases de efecto invernadero del sector es aún menor que hace 30 años. En el caso de los gases que se emiten por cambio de uso de suelo y por silvicultura, las reducciones fueron tales que el sector emite prácticamente la misma cantidad de gases de efecto invernadero que a principios del siglo pasado.
El campo en su totalidad, contando la agricultura, la deforestación y otros usos del suelo, aportó un poco menos de la cuarta parte del total de gases de efecto invernadero, un 24%, comparado con el 28% reportado hace siete años, cuando se publicó el último informe del IPCC. Esto se debe a que se han reducido en forma muy importante las tasas de deforestación en el mundo, principalmente en Brasil, y a procesos de recuperación de suelos que antes estaban deforestados, sobre todo en China, India y Vietnam.
Yendo por partes, la agricultura aportó entre 10% y 12% del total de emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por el hombre. Según el reporte anterior, la agricultura aportaba el 14% del total. La deforestación y la degradación de los bosques, por su parte, aportaron en torno al 12% del total, cuando el último reporte del IPCC les atribuía el 17% de todas las emisiones.
En el Consejo Civil, como en muchas otras organizaciones, pensamos que detrás de esta mejoría en el papel de los bosques y los campos en cuanto al cambio climático,hay novedades positivas, pero también algunas negativas. Por un lado, el impulso de la silvicultura comunitaria y el éxito de muchos esfuerzos de conservación son en parte responsables de las buenas noticias que trae este nuevo informe. Por el otro, al contrario, el responsable es el abandono del campo, la migración o el envejecimiento de los campesinos en muchas partes del mundo.
Pensamos también que para consolidar e intensificar esta tendencia y lograr que los campos y los bosques vuelvan a capturar carbono en lugar de emitirlo, será necesario impulsar un modelo de desarrollo agrícola que impulse prácticas más sustentables para la producción de alimentos, como la agricultura orgánica y el desarrollo basado en los pequeños productores y las cooperativas. También será crucial impulsar la silvicultura comunitaria y esquemas de conservación y cuidado de los bosques basados en el apoyo a sus propietarios. Esto permitirá adaptar los ecosistemas a los cambios que ya se registran, al tiempo que los mantienen en pie.
Para ver el documento más extenso sobre mitigación, hay que revisar el trabajo del Grupo III del pánel, en este vínculo.