10 diciembre, 2020, Por: CCMSS
En este texto punteamos algunos temas cruciales acerca de la política forestal de nuestro país, en un contexto de continuo recorte del gasto público para el sector. ¿Por qué manejar los bosques y fortalecer a las comunidades que los manejan es fundamental para mejorar las economías locales, conservar estos ecosistemas a largo plazo, gozar de todos los invaluables beneficios que los bosques nos proveen?
Intentamos hacer una síntesis de los diagnósticos y propuestas para una política pública que efectivamente aproveche y valore la enorme riqueza forestal con la que cuenta nuestro país.
La información está basada en el seminario sobre deforestación, organizado por el Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI) de la UNAM y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) el 26 de noviembre del 2020.
– En el 2021, el gobierno mantendrá un presupuesto recortado para las instituciones del sector ambiental; particularmente, la Comisión Nacional Forestal, dependencia encargada del fomento e impulso del sector forestal. Esta ha sufrido una disminución de más del 50 por ciento de su presupuesto en 6 años consecutivos. Leticia Merino, del SUSMAI y del CCMSS
– En diversas ocasiones se ha afirmado que el programa Sembrando Vida es un programa forestal, dado que tiene como meta la siembra de árboles. Esto ha generado confusión, pues se asume que el programa atiende la problemática forestal del país y esto no es así. En la práctica, se está relegando a las instituciones que sí tienen un mandato claro referido al tema forestal. Sembrando Vida no es un programa forestal ni de restauración ni de reforestación, es un programa agroforestal que tiene aspectos positivos, pero no tiene la capacidad para atender la problemática que enfrentan los bosques como la deforestación, las plagas, los incendios, el manejo sustentable, la certificación, entre otros. Sergio Madrid, CCMSS.
– La Ley general para el Desarrollo Forestal Sustentable establece como criterio obligatorio el fomento al manejo forestal comunitario, y aunque la Conafor sigue operando su programa de apoyos para el desarrollo forestal sustentable, los recursos con los que cuenta son muy limitados y esto limita su capacidad de lograr las metas del Programa Nacional Forestal 2020-2024.
– La pérdida nacional de cobertura arbórea en México ha ido en constante aumento desde el 2001, cuando era de 150 mil hectáreas por año, hasta el 2019, cuando esa pérdida fue de aproximadamente 327 mil ha por año, de acuerdo con Javier Warman, director de Bosques del World Institute Resources (WRI).
– Los estados que sobresalen por la pérdida de cobertura forestal en estos años son Campeche, con alrededor de 698 mil ha; Chiapas, con 644 mil ha; Quintana Roo, con 495 mil ha, y Yucatán con 460 mil ha, entre los años 2001 y 2019. Javier Warman, WRI.
– En las regiones rurales actualmente existe una renovada presión por la propiedad de la tierra, que termina con el despojo de las comunidades de su patrimonio, situación que propicia pobreza, migración y el avance de la deforestación. Las comunidades están siendo presionadas para vender o rentar sus tierras o bien ceder sus derechos agrarios y no existen mecanismos para detener esta pérdida del control del territorio. Las empresas que despojan a las comunidades de sus tierras destruyen la cubierta vegetal para dar paso a la instalación de granjas, la cría de ganado, la instalación de parques solares o eólicos o bien el desarrollo de infraestructura urbana o turística. Sergio Madrid, CCMSS
– De los 15 mil ejidos y comunidades que tienen al menos 200 hectáreas de bosques y/o selvas en el país, 2,300 cuentan con un plan de manejo forestal autorizado por la Semarnat para aprovechar sus recursos forestales. En términos de superficie, esto significa que de las más de 70 millones de hectáreas de bosques, selvas y matorrales del país solo 8 millones están bajo manejo.
– Estancamiento productivo. Durango es referente por el manejo y aprovechamiento de los recursos forestales, encabeza la producción nacional de madera y sus empresas forestales comunitarias cuentan con un alto nivel de desarrollo y consolidación. Sin embargo, vive un proceso de estancamiento que le impide incrementar su producción, generar mayor valor agregado y más empleos. Las empresas comunitarias y sus industrias requieren, modernizar sus equipos y desarrollar las industrias de procesamiento de la madera. La Conafor tiene intenciones de colaborar en este proceso, pero no tiene los recursos para hacerlo y tampoco hay suficientes esquemas de financiamiento asequibles para las comunidades y ejidos. Rufino Meraz Alemán, ejido Pueblo Nuevo y Agrupación de Silvicultores de la Región de El Salto
– Comunidades ejemplares. El conocimiento acumulado durante décadas en las comunidades y ejidos que manejan y aprovechan sus recursos forestales es enorme; muchas de esas comunidades se han convertido en capacitadoras de núcleos agrarios que comienzan a manejar sus bosques y selvas o bien, para mejorar sus prácticas de manejo, transformación y comercialización, para hacerlas más sustentables, eficientes y rentables. De hecho, decenas de delegaciones de otros países han visitado México para aprender el modelo del manejo forestal comunitario, las iniciativas comunales y ejidales que han logrado consolidar sus proyectos de manejo. Sin embargo, hoy esa experiencia no se está valorando y fortaleciendo desde la política pública. Salvador Anta, CCMSS y Polea
– Sembrando Vida tiene la posibilidad de mejorar sus reglas de operación y transformarse en un programa de blindaje para las zonas forestales y de alta biodiversidad, estableciendo delimitaciones claras entre las zonas de producción agrícola y las áreas de conservación, con esto sería mucho más eficaz e incluso complementaría las acciones de otras dependencias. Salvador Anta, CCMSS y Polea
– Mantener lo que funciona, reconocer y aprovechar las experiencias exitosas, los avances y conocimiento acumulado en el tema de la silvicultura comunitaria. Es indispensable corregir el rumbo y retomar las lecciones aprendidas para hacer frente a la crisis ambiental y de salud que vivimos hoy en día. Los bosques y la biodiversidad que albergan juegan un papel preponderante para lograr la soberanía alimentaria, evitar la propagación de enfermedades zoonóticas, la provisión de servicios ambientales indispensables como la captura de carbono, la recarga de acuíferos, la retención del suelo, entre muchos otros. Salvador Anta, CCMSS y Polea
– Concretar iniciativas para fortalecer al sector forestal, entre ellas la de asegurar que el gobierno federal consuma la madera proveniente de empresas comunitarias para sus obras de construcción y para el equipamiento de escuelas y centros de enseñanza. Rufino Meraz Alemán, ejido Pueblo Nuevo y Agrupación de Silvicultores de la Región de El Salto
– El país necesita revitalizar un conjunto de programas y mecanismos que favorecen la conservación, la restauración, el manejo y el aprovechamiento de los recursos forestales. De hecho, ya cuenta estos instrumentos fueron muy difíciles de construir y en los que participaron muchos sectores. Hoy muchos de estos instrumentos están están debilitados o no operan, sin embargo es importante retomarlos. Algunos de ellos son: Comités de Vigilancia Comunitaria, las Areas Voluntarias para la Conservación, las Juntas Intermunicipales, los Consejos Estatales Forestales, el CONAF, la Estrategia Nacional para reducir la deforestación, etc. Sergio Madrid, CCMSS
– A fin de frenar la creciente deforestación y degradación de los ecosistemas, es fundamental una política forestal sólida con instrumentos y presupuestos que permitan desarrollar acciones claras que contribuya a fortalecer la gobernanza de los territorios comunitarios, incrementar el numero de ejidos que manejan sus bosques y fortalecer sus iniciativas productivas. Sergio Madrid, CCMSS.