10 noviembre, 2014, Por: Sergio Madrid Zubirán
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) busca reducir los trámites y requisitos para la importación de madera de Estados Unidos y Canadá, según reporta hoy el diario Reforma y puede constatarse en el portal de la Comisión Federal para la Mejora Regulatoria. Eso no es necesariamente malo, pero tratándose de un sector sujeto a una regulación tan excesiva como el forestal, la prioridad debería ser simplificar los trámites que afectan a los productores nacionales, y dejar para después los que afectan a importadores y productores de otros países.
Este cambio en las prioridades sería fundamental porque el exceso de trámites es uno de los factores detrás de la pérdida de competitividad de los productores forestales nacionales y de la deforestación que sigue avanzando en los ecosistemas más frágiles del país. De hecho, la sobrerregulación de la producción forestal ha hecho más rentable importar madera que comprarla a los ejidos, comunidades y productores privados mexicanos y ha provocado un déficit enorme en el sector.
Hace unos meses publicamos un estudio que mapeó los trámites y requisitos que tiene que cumplir un productor forestal mexicano, sea una comunidad, un ejido o un propietario privado. Según ese estudio, deben dar por lo menos a 44 pasos distintos para lograrlo, muchos de ellos redundantes entre sí y otros planteados de tal forma que los productores nacionales quedan a merced de la discrecionalidad de quien esté en ese momento detrás de la ventanilla.
Si además lo que se quiere aprovechar es una selva y se requiere una manifestación de impacto ambiental, el número de trámites supera el medio centenar. Encima de ello, en más ocasiones de las deseables se vulneran los tiempos marcados por la ley. Esto provoca que un trámite que debería tomar apenas unos meses llegue a prolongarse hasta dos años, lo que a su vez incrementa los costos en los que deben incurrir los productores.
Una de las propuestas que hemos presentado, y que facilitaría enormemente la conservación de los bosques de México y la activación de la economía en las regiones forestales, se refiere precisamente a las manifestaciones de impacto ambiental. Si se homologaran los requisitos de estas manifestaciones con los que se solicitan para la elaboración de un programa de manejo, se haría mucho más sencillo emprender acciones para conservar, proteger y aprovechar los bosques nacionales.
Otra más, que podría seguir en este muy buen camino emprendido por Semarnat, se refiere al refrendo de estos documentos y de los programas de manejo. Nuestra propuesta es que, en vez de que la renovación de esos documentos se dé por rechazada a menos que la Secretaría diga lo contrario, se den por refrendados a menos que Semarnat diga que rechaza su renovación.
Con estas medidas se haría más sencillo emprender acciones de conservación y desarrollo sustentable en el país. Al mismo tiempo, reducir la carga regulatoria que ahoga a los productores forestales permitiría generar empleos y recursos urgentes en un momento como éste.