5 mayo, 2020, Por: CCMSS
En el actual contexto de cambio climático, en el que enfrentamos alteraciones en los patrones de precipitación y en la temperatura, los esfuerzos de restauración también deben considerar los cambios potenciales en la distribución de las especies a lo largo de gradientes de altitud para aumentar la probabilidad de éxito de los proyectos.
El bosque de niebla es un ecosistema que alberga alta diversidad; tiene una distribución restringida en estrechas zonas altitudinales de las regiones montañosas tropicales en las que la neblina frecuentemente cubre la vegetación y le proporciona altos niveles de humedad. Esta condición lo hace lucir como una alfombra verde, con árboles de formas retorcidas cubiertos por una gran diversidad de musgos, helechos y orquídeas.
Originalmente, el bosque de niebla ocupaba 1% de la extensión de bosques tropicales. Desafortunadamente, se estima que su superficie se ha reducido a menos de la mitad. Las razones: la conversión del bosque de niebla a otros usos de suelo (potreros, áreas de cultivo o expansión de ciudades), los procesos de fragmentación y de degradación ocasionada por la tala hormiga ilegal, el cambio climático global que ha traído alteraciones en los patrones de precipitación y aumento en la temperatura. Debido a su importancia ecológica y al deterioro que ha experimentado, la Conabio considera al bosque de niebla un ecosistema prioritario para la restauración.
Las investigadoras Tarin Toledo Aceves, Fabiola López Barrera, Martha Bonilla Moheno, Guadalupe Williams Linera, del Instituto de Ecología A.C., elaboraron el documento La restauración del bosque de niebla, en el que analizan la situación crítica en la que se encuentra este ecosistema y proponen estrategias particulares para restaurar y proteger este complejo bosque.