Las ejidatarias de Caborachi se abren paso en las labores productivas de la empresa ejidal forestal


14 julio, 2020, Por:

Las ejidatarias de Caborachi se abren paso en las labores productivas de la empresa ejidal forestal

El ejido de Caborachi, compuesto por un 79% de personas indígenas y ubicado en el municipio de Guachochi, en Chihuahua, es ejemplar por el manejo sustentable de sus bosques, por su consistente proceso diversificación productiva y también por cómo poco a poco sus mujeres se están abriendo paso para participar en las  actividades productivas ejidales.

María Arteaga, ejidataria de Caborachi, explica que actualmente “alrededor de 50 mujeres trabajan en la empresa forestal, aunque también son contratadas en el bosque para reforestación o conservación de suelos.” En estos momentos, además, están echando a andar un nuevo proyecto que sería solo para mujeres y que contaría con apoyo del gobierno local; se trata de una astilladora que daría empleo a alrededor de 20 mujeres.

Señala que “los hombres nos siguen superando en número, a ellos les dan trabajo en todas las áreas como choferes, camineros, grulleros, en la empresa, en el monte. Nosotras podemos hacer esos trabajos pero necesitamos animarnos, que nos enseñen a hacer lo que ellos hacen y claro que podemos, nosotras somos constantes.”

María Artreaga, ejidataria del Ejido Caborachi.

“Yo ya tengo desde el año 2000 trabajando en el ejido como secretaria en la empresa forestal y era entonces la única mujer. Ahorita ya no, creo que ya casi el 50% son mujeres que trabajan tanto en los aserraderos, tableteras, palilleras y en el monte, pero no ha sido fácil.”

María señala que “la necesidad siempre ha animado a las mujeres a buscar trabajo, pero últimamente las mujeres están más activas, más participativas.” Aunque aún no ha habido presidenta del comisariado varias mujeres han participado en la mesa directiva del comisariado ejidal. A María le ha tocado estar ya como tesorera y también ha estado al frente de los talleres de capacitación.

Recientemente, María ganó una beca que le permitió tener un intercambio de experiencias con otras mujeres indígenas de diversos países de América Latina. El curso se realizó en Costa Rica y derivado de ello, pudieron conocer otras prácticas sobre temas de manejo de bosques y seguridad alimentaria.

De acuerdo con datos de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés), en el mundo las mujeres rurales son responsables de más de la mitad de la producción de alimentos y tienen un papel central en la preservación de la biodiversidad. No obstante, en América Latina y el Caribe solo el 30% tiene títulos de propiedad de la tierra, solo se le otorgan créditos al 10% y solo al 5% de las mujeres rurales se le provee de asistencia técnica.[1]

“La convivencia con mujeres de otros países nos mostró que las condiciones son muy similares; no las dejan salir adelante, sobre todo sus compañeros o parejas. No las dejan expresarse y eso les da miedo, afortunadamente a mí nadie me ha dicho que no, a mí siempre me han apoyado. Pensé que en otros países sería diferente, pero no es así.” agrega María.

Derivado de esta beca María y las otras compañeras decidieron organizarse para seguir en contacto y sobre todo seguir aprendiendo, consultándose a distancia y compartiendo estrategias para impulsar fortalecer el bienestar de las mujeres rurales.

Caborachi ejemplar

Dotado de tierras desde 1954 y enclavado en la sierra de Chihuahua, el ejido Caborachi posee 27 mil 900 hectáreas, de las cuales 17 mil forman parte de su plan de manejo y 6 mil son reservadas a la conservación.

El ejido, que realiza aprovechamiento forestal desde 1958, ha logrado diversificar su producción y generar bienestar para todos sus integrantes a partir del manejo sostenible de sus bosques. De esta forma ha desarrollado aserraderos, tableteras y palilleras a través de la Empresa Forestal Ejidal Caborachi; cuenta también con la fábrica y tienda en línea de vajillas de cerámica, posee cabañas para ecoturismo, y produce composta derivada de los residuos maderables que destinan a usos agrícolas.

Desde el 2011, el ejido de Caborachi abrió sus puertas como Ejido-Escuela a promotores y representantes de ejidos y comunidades forestales de todo el país que querían aprender de su experiencia sobre manejo del bosque, transformación y comercialización de productos maderables, así como de la diversificación productiva que han emprendido.

En el contexto actual derivado de la emergencia sanitaria, las actividades que realiza el ejido se han visto afectadas, si bien, la actividad forestal ya reinició con muchas precauciones, la actividad que más se ha visto perjudicada ha sido la de capacitación. Sin embargo, como forma de incentivar la economía y brindar apoyo a las personas de la comunidad que perdieron sus empleos, el ejido ha acordado con la presidencia municipal la creación de empleos mediante la reparación de caminos pero también han entregado despensas a las familias más necesitadas.

El manejo de los bosques

En comparación con otras experiencias latinoamericanas,  María señala que el manejo del bosque en el ejido es muy bueno. Las mismas preocupaciones son compartidas en el continente: cuidado de agua, bosques y medio ambiente en general. Por otro lado, el manejo de la selva, a diferencia de los bosques templados – a los que ella está acostumbrada-, la sorprendió: “allá en el sur los árboles crecen mucho muy rápido, es increíble. Sus cortas son más seguido y tienen muchas más plantas; acá no, los pinos tardan mucho más por el clima.”

Caborachi es estricto en los planes de manejo de sus bosques, y sus normas ejidales lo confirman. Poseen además la certificación internacional del Forest Steward Council (FSC) por buen manejo, debido al cumplimiento de todos los lineamientos nacionales e internacionales que se solicitan para el manejo y aprovechamiento de recursos naturales. El ejido también participa en las Expo Forestales que tienen lugar en Guadalajara cada año, llevando productos y muestras de madera, y artesanías para difundir su labor y producción.

Cada vez más, se documentan experiencias exitosas de ejidos, comunidades y pueblos indígenas que no solo manejan de forma sustentable sus bosques y selvas, sino que también han logrado dar el salto hacia la diversificación productiva en sus territorios. De esta forma crean los medios para poder hacerle frente a varias adversidades. En este camino la participación, empoderamiento y reconocimiento de los derechos de las mujeres se vuelve imprescindible para lograr el desarrollo sostenible.

Para conocer la historia, productos y actividades del ejido Caborachi, visitar su página web: http://ejidocaborachi.com.mx/.


[1] Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) “Seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe” http://www.fao.org/americas/prioridades/seguridad-alimentaria/es/

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