2 diciembre, 2014, Por: Sergio Madrid Zubirán
Ahora que llegó diciembre y con él la Navidad es tiempo de celebrar, y de hacerlo en forma sustentable, apoyando a los productores nacionales y conservando el medio ambiente. Una sola decisión hace un mundo de diferencia: comprar árboles navideños naturales y mexicanos, en lugar de árboles importados y de plástico.
Comprar un árbol natural es ecológicamente mucho mejor que comprar uno de plástico. La producción de un árbol real no sólo no contamina: limpia el aire. Durante los seis o siete años que tardó su crecimiento, ese árbol fue liberando oxígeno y capturando carbono. Sus raíces y su tronco contribuyeron a mantener los suelos y filtrar el agua. Los residuos que pudo haber generado se reintegrarán al suelo y ayudarán a otros árboles y plantas a crecer.
Los árboles artificiales, en cambio, son producidos en fábricas, la mayor de las veces en Asia. Lejos de limpiar el aire, contribuyen a ensuciarlo. Los residuos que quedaron tras los procesos químicos para extraer y colorear los plásticos, para generar el calor que permita darle forma, para ensamblarlo, son liberados al aire o al agua, contribuyendo a la contaminación que ya nos amenaza. A esto hay que añadir el daño ambiental de transportar este producto a través del Pacífico hasta nuestras casas.
Comprar un árbol de navidad natural y mexicano contribuye, además, a generar empleos en el campo nacional y a fortalecer a las comunidades campesinas. Para que un árbol de navidad sea digno de una casa hacen falta muchos años de trabajo. Hay que podarlo poco a poco para que tome la forma correcta, y trabajar las ramas para que el árbol crezca sin huecos. Hay que abonar sus suelos y combatir las plagas que lo afectan. Todo esto ayuda a dar trabajo a las comunidades campesinas de los boques mexicanos, y genera ingresos muy necesarios para que el campo nacional sea un campo vivo y activo.
Hay muchas opciones en todo el país, y muchas veces en los supermercados se pueden encontrar productos nacionales. También en los viveros y en los mercados hay alternativas. Por lo general, los árboles que se ofrecen son pinos navideños (Pinus ayacahuite), con agujas largas y pachones; oyameles (Abies religiosa), de hojas muy cortitas y duras, que huelen mucho, y pinabetes (Pseudotsuga menziesii), que se parecen al oyamel pero son menos olorosos, aunque más duraderos.
Quien quiera puede, además, comprar directo del productor y sin pasar por supermercados o intermediarios. En el centro del país se los puede comprar en Puebla. Hay una Unión de Productores Poblanos de Árboles y Artesanías Navideñas que ofrece productos sustentables y bien trabajados. Se los puede encontrar en el Parque Juárez de Puebla, Puebla, frente a la Plaza Dorada.
Hay también una opción para elegir en el bosque mismo. La Reserva Forestal Multifuncional El Manantial cultiva sus árboles en medio del bosque, de tal forma que quien vaya a comprarlos puede darse un paseo entre oyameles y pinos y escoger de entre varios centenares que se ofrecen. Estos árboles además tienen la certificación FSC, que garantiza que son ambientalmente responsables, económicamente rentables y socialmente justos e incluyentes.
Aquí puede verse el mapa para llegar hasta la RFM El Manantial, y hay letreros en el camino.
¡Que pasen una Navidad feliz y sustentable!